22 de julio de 2007

Al amanecer...


Cuando el sueño se espanta y las noches se hacen más largas...

A las diez de la noche caminando bajo la lluvia, con el rostro envuelto en llantos del cielo.

LA LLUVIA


La lluvia poco a poco
va borrando las huellas
que han dejado
las noches
envueltas
en canciones
de promesas
y de adioses.

Poco a poco
voy avanzando
dejando atrás
las utopías
que me regalaste
y olvidaste.

Poco a poco
trato
de hallar
un lugar
donde sea posible
conjugar
mi angustia
con mi soledad
sin abjurar
de la ansiedad.

Voy caminando
y mientras
avanzo
las llamadas
que salen de voces
desconocidas
se confunden
con el ruido
de mis pisadas
y el sonido de la lluvia.

Y sólo logro escuchar
un susurro
que me incita a buscar
una razón para no renegar
de lo desaprendido
de lo desvivido.

XVIII.

¿Dónde se habrá quedado mi confianza,
en qué lugar secreto y lejano
se encontrará?.

No bastaron las palabras,
porque éstas salieron
por las ventanas,
cuando nos miramos y callamos
y tan sólo el murmullo de la noche
reinaba en nuestro silencio.

El eco de tu voz
como un susurro
ahogado en la tristeza
clamaba por un poco de fe.

No te percataste
que aquel brillo
inocente en tus ojos
se había extinguido.

Y, tal vez para siempre.

3 comentarios:

Jorge Arce dijo...

Anoche esta caminando bajo la lluvia con mi rostro envuelto en lágrimas, antes y despúes de los 10 de la noche. !Que sorpresa encontrarme con estas palabras aqui! Supongo que hay conexiones que se van estableciendo por, como diría Sábato, las fuerzas que te ponen ante las circunstancias

!Un abrazo coincidente!

Jorge Arce dijo...

pd: ... que las promesas que se incumplan sólo se conviertan en promesas aplazadas... siempre se podrá intentar de nuevo

Anónimo dijo...

Te me estas acartonando, Adriana. No se si leo una poesía muy prosaica, o una prosa muy versada. Pero igual lo disfruto, aunque no tanto como si mandaras la costumbre al carajo...Claro, esa es mi humilde opinión. jeje.