7 de agosto de 2007

La Memoria


“La memoria…, no es una facultad de clasificar los recuerdos en un cajón o de inscribirlos en un registro. No hay registro, no hay cajón, aquí no hay siquiera propiamente hablando, una facultad, porque una facultad se ejerce de modo intermitente, cuando ella quiere o cuando ella puede, mientras que el amontonamiento del pasado sobre el pasado prosigue sin tregua. En realidad, el pasado se conserva por sí mismo, automáticamente” (Bergson, 1994:47)

A propósito de la memoria, a propósito de los recuerdos, a propósito de los días de lluvia que presagian tormentas interiores, los olores nostálgicos y las imágenes que se hacen vida a través de los sueños, recupero del baúl de mis letras, pequeños fragmentos, como una posibilidad de salvarme ante la ineluctable desesperación, que emerge sin razón o con razón…sin tener siquiera la oportunidad de hacerlo palabra, acto o acontecimiento.

“Nada me ha conmovido más que aquellos cuya renuncia permanente al amor es el refugio más cálido, renuncia como forma de sobrevivir, de sobrellevar su fuego interior, me estremece profundamente cuando ante la renuncia sólo se advierte el silencio y la distancia”… Me empiezo a estremecer profundamente.

“Y ahí estaba yo, absorta, ensimismada en mi lectura. De cuando en cuando levantaba mi mirada con el ánimo de encontrarme otra mirada similar brotando ternura, vertiendo nostalgia, sólo así sabría que mi búsqueda incurable habría terminado. Pasarían muchos años hasta que un día al despertar sentí el cansancio de la búsqueda, el dolor de mis manos anhelantes y laboriosas que ya habían pasado tantas páginas, pero el agotamiento de mis ojos sólo me dejó percibir sombras difusas, mi cuerpo advirtió su propia pesadez y vértigo… Esa mañana no hice nada para levantarme, la inercia existencial se me acurrucó en el alma y en la conciencia se me hizo un nudo”… No sé si hoy estoy despertando o intentando dormir.

“En mi vida hay una imagen anhelada… Yo, a este lado de la orilla, descubriendo las corrientes mansas de un río, que arrastra consigo el rumor de los mares y los océanos profundos de tierras lejanas, mientras por mi garganta baja un sorbo de vino añejo, de vino con más años”… Me descubro anhelando, no ofrezco disculpas, ni pido perdón.

“Entre el verano y el invierno se entreteje la nostalgia. Cual misterioso es el arribo del amor, desconozco si llega como bálsamo para las heridas abiertas tras el paso de los años o, sencillamente se convierte en una premonición, en un movimiento que vaticina vendavales y muertes”… Ese es el único amor que ofrezco, la única soledad poblada que doy; la soledad es un estado interior, no una condición temporal y espacial.

“Soy la locura que me mantiene viva, cuando la rutina mental se hace presente pierdo el camino, pierdo el mapa, pierdo las coordenadas y me agoto, entro en un estado de amodorramiento espiritual… ¿Cómo encontrar el norte? ¿La existencia misma no basta? ¿El correr no es suficiente para construir diariamente la vida? No puedo ser una gran certeza”… No quiero curarme de mis delirios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola... he pasado por este trecho del camino!... he encontrado palabras que dicen debo regresar!... Regresare! -me digo...aun hay mucho que leer; que no marchite la paciencia ni el tiempo el silencio que se ha quedado atras... Somos solo palabras!? somos solo pensamientos!? Somos piel y carne, somos cerebro y hueso o solo somos tiempo!? somos solo seres humanos!? ... y como humanos sentimos... La oscura Soledad!...

“Entre el verano y el invierno se entreteje la nostalgia."

"Ese es el único amor que ofrezco, la única soledad poblada que doy; la soledad es un estado interior, no una condición temporal y espacial."

adios... por el momento!
-.elis.-

Anónimo dijo...

...Lo mejor que tengo es sólo una memoria...

..Y ahora que repasas ese librito de trucos sexuales, te acuerdas de cuando los chicos éramos todos eléctricos?...