I.
Una niña corre por la calle empedrada,
el viento juega con su vestido azul,
sus borlas y boleros danzan inocentemente
alrededor de su cuerpo que apenas
enseña su cándido paso de niña a mujer.
Al cruzar la esquina cae,
el polvo juega con su vestido azul,
sus borlas y boleros lloran tristemente
alrededor de su cuerpo que apenas
enseña su cándido paso de niña a mujer.
Un hombre cruza la esquina
la levanta dulcemente.
"Calma nenita, no llores... sigue corriendo tras tu belleza".
Se aleja el hombre de mirada café y barba espesa.
Una niña de pie en la mitad de la calle,
el viento y el polvo juegan con su vestido azul,
sus borlas y boleros danzan y lloran
alrededor de su cuerpo que advierte:
"Se está convirtiendo en mujer".
1 comentario:
Me gusto este poema, ya seguiré con los demás, crecer duele y confunde, tu poesía es suave, profunda al mismo tiempo.
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