El botín
Quedarme enredada en tus manos, eso quisiera
para que tus dedos se hicieran un nido;
así podría irme a deambular por los caminos espesos de las líneas de tus manos.
Cuando duermes, como una ladrona,
me aferro a tus manos,
mi único botín.
Cuando despiertas,
impávida sé que tus manos se van.
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