3 de abril de 2007

El Amor y la Política

Mi guerra perdida

Tu vida fue mi lucha
tus sueños las armas que decidí no empuñar
tu voz el clamor de tantos excluidos,
incluyéndome.

Fuiste mi guerra contra mundo,
mi cotidiana batalla,
sólo, al final me di cuenta
que como todas las guerras
ésta también fue absurda

Fracasos

Sin imaginarlo labramos
nuestro fracaso
y el fracaso de otros
que creyeron
en nosotros.
A través de los ojos
de aquellos a quienes
defraudamos,
puedo descifrar
el odio de la promesa que no se cumplió,
la rabia de las manos que cansadas
de tanto trabajar
sienten que no valió la pena.
Las lágrimas de dolor y derrota
se confunden en una sola sensación:
la de la despedida,
porque
tenemos que marchar
con la cabeza baja
pero con la satisfacción
por lo menos, del esfuerzo que no bastó
para cambiar el mundo.
Pero,
la vida no da una
segunda oportunidad.
Sigamos pero no nos vendamos,
y no dejemos que nos quiten
los sueños de lucha
con los que un día
logramos mantenernos
en pie.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Chévere chica, chévere. Me gusta lo prosaico (en el buen sentido ;)..) del poema, aunque a mi me suena mas a canción social, cosa que me gusta bastante por cierto.

...Y pues si, aburrido de tanto Gabo...

Guillermo Cañón Arce dijo...

Yo si sabia que dentro de tan cesudos conceptos había una sencibilidad especial. Por ahora no puedo decir más, este trago requiere tiempo para degustarlo.

Un abrazo,

Guillermo